viernes, 4 de mayo de 2012

Sin Carné

Escucha lo que te cuento que te puedes quedar hasta muerto, como yo, que casi me caigo de la silla con ruedas en la que trabajo. No daba crédito cuando todo pasó y al quedarme sólo detuve mi pensamiento en la gran verdad de que el ser humano nunca deja de sorprendernos, por más que le hayamos tratado.

Pues no te crees que recibo en mi despacho a una pareja de mediana edad, a él le conté tres tatuajes que se podían observar perfectamente por virtud de la camiseta de tirantas finas que llevaba, era un día de mucho calor. Llevaba oro en forma de tres pulseras y dos anillos grandes, uno de ellos con cabeza de león incluida. A ella la recuerdo delgada, con el pelo muy negro y maquillada, a mi juicio, más de lo necesario.

Pronto empaticé con ellos y me contaron el enredo de mamporros en el que se habían visto atrapados en un cruce con semáforos cuando en su vehículo circulaban, conduciendo él, de copiloto ella. Decían que en un abrir y cerrar de ojos se vieron fuera del coche a golpes con su homologo del mismo sexo que en otro vehículo viajaban. Al parecer, el pique surgió tres redondas atrás en la que el contrincante conductor hizo una maniobra invasiva que casi coloca a mis clientes dentro de la fuente. En el primer semáforo se detuvieron al obedecer el rojo y lo dicho, a la gresca.

La conversación con mis clientes derivó a cuestiones personales. La crisis, la economía familiar, los hijos… Ella tenía un trabajo de media jornada que no era suficiente. El llevaba meses en paro, y al preguntarle por su oficio me contó que llevaba años dedicándose al transporte conduciendo camiones, furgonetas o vehículos, transporte bien de mercancías, bien de mensajería.

Intentaba alentarlo en la tarea de mover su curriculum por distintas empresas del sector, poniendo mi en empeño en trasmitirle la convicción de que la búsqueda de empleo debe ser un empleo en sí mismo, dando este esfuerzo sus frutos antes que tarde, cuando ella irrumpe en la conversación con orgullo de esposa para categorizar; “¡No!, ahora va aprovechar para sacarse el carné de conducir.”

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