jueves, 25 de octubre de 2012

sábado, 13 de octubre de 2012

Un melón

La condición humana tiene su mayor exposición en el trato con los de su misma especie. Me explico. Es en la relación entre seres humanos cuando se puede percibir la infinita capacidad que éste tiene de sorprender y dejar atónito al de enfrente bien por su espontaneidad, ocurrencia, o descerebrada respuesta.
Y buena cuenta de ello pueden darla profesionales, que en el ejercicio de su actividad tienen como denominador común el trato humano y la exposición al público.
Va de médicos, verán; existe una Doctora sevillana que ejerciendo su profesión en un centro sanitario de la provincia de Cádiz sucediole un hecho que da luz a esto que cuento.
Es médica nefróloga mi protagonista, rama de la medicina que se ocupa del riñón y sus enfermedades. De entre la más conocida de sus tareas se encuentra el seguimiento y atención a los pacientes de diálisis.
Saben este tipo de pacientes que la ingesta de líquidos tiene que estar muy controlada, así como la toma sin medida de fruta ya que ello conlleva un sobre peso perjudicial para el buen control de su patología. Teniendo todos ellos prescrito, con carácter general, la limitación de una pieza de fruta al día.
Pues bien, en esto que se encontraba mi doctora en su despacho analizando analíticas, cuando una auxiliar la requiere porque Doña Carmen, (natural de Cádiz y tenedora del arte de aquellos aires) ha llegado con más peso de lo recomendado y tiene la impresión que se dió barra libre a la fruta, a la que tanto gusto tenía.
Acudió presta la nefróloga al sillón de la paciente y con fraternal y cariñoso tono le inquirió:
-          Doña Carmen, no le tengo dicho que solo puede tomar una fruta al día?
A lo que le respondió:
-          Pero doctora!!! Si sólo me he tomado un melón!!!